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Cuando el pecado se disfraza de derecho

Cuando el pecado se disfraza de derecho

Por William Castaño

Desde el relato de Génesis 3, del pecado y la caída del hombre; hemos observado, de manera reiterativa, un patrón de estrategia del enemigo para convencer al ser humano de la "aceptabilidad" o la relatividad de las acciones, de tal manera que lo que Dios les dijo que era pecado, empezó a ser puesto en duda, recuerdan: "Con que Dios ha dicho..." "No es cierto... "Sabe Dios que..".

Durante muchos siglos los seres humanos han tratado de justificar su pecado, bajo diversas teorías o premisas, por ejemplo: Las normas de Dios son muy difíciles de cumplir; los mandatos de Dios son carentes de amor y misericordia; esos eran otros tiempos, el mundo ha cambiado, debemos ser más tolerantes, etc, etc, etc.

En los últimos años se ha dado un giro para hacer que lo pecaminoso, deje de serlo, coinvirtiéndolos en derechos; que para una sociedad "moderna" suena bien, es inclusivo y, para muchos hasta aceptable. Es decir, el discurso es sencillo: Si es un derecho, no es pecado. Ejemplos: La brujería, el aborto, la pedofilia, el homosexualismo etc.

Durante la edad media, hubo ciertamente excesos en el trato con las personas que practicaban la brujería y la hechicería, esto llevó al castigo, incluso de la muerte para dichas personas, cosa inaceptable. Pero ya en los siglos XIX y XX, se empezó a hablar de los derechos de esas personas a practicar sus ritos y sus actos de hechicería, al punto que, en el día de hoy, las grandes ciudades están llenas de lugares de dicha práctica y bien conocido es que grandes celebridades y políticos, tienen brujos y hechiceros de cabecera; la sociedad lo volvió un derecho, pero si vuelvo a leer Éxodo, Levítico, Deuteronomio, sigue siendo pecado y abominación delante de Dios.

El aborto fue considerado por años un acto abominable, ya que la Biblia menciona explícitamente que la interrupción voluntaria e injustificada del embarazo, es pecado. Y así lo entendía la sociedad; pero, en los últimos años, empezó a surgir una corriente "progresista" y feminista,sosteniendo que al aborto es un "derecho" de la mujer, por lo tanto, se empezó a hablar del derecho al aborto en casos extremos; pero, en los últimos años, muchas sociedades han establecido que la mujer puede tomar la decisión de abortar en cualquier etapa de su embarazo, incluso en la semana 38, y peor aú, sin que necesariamente haya una razón que la justifique, más allá del deseo de dicha mujer de "librarse" de ese problema.

Entendemos que puede haber momentos en los cuales la vida de la madre corre peligro, o en opinión médica científica no hay viabilidad de vida digna del bebé, y se impone una opción dolorosa, pero posible, desembarazar a la mujer para evitar complicaciones y riesgos mayores, aunque como creyentes, creemos en un Dios de poder, sanidad y restauración. Recordemos que el hecho que la sociedad lo haya convertido en un derecho indiscriminado, no lo hace aceptable a los ojos de Dios.

La Biblia es la Palabra de Dios, infalible e inerrante; lo creemos, y esa misma Biblia plantea que Dios creó al ser humano Varón y hembra, no más, pero durante toda la historia de la humanidad ha habido personas que, en clara contradicción con la Palabra de Dios, se inclinan por abrir un abanico de posibilidades acerca de las orientaciones o tendencias sexuales; el homosexualismo, el bisexualismo, el pansexualismo, el transgeneracionismo, el lesbianismo, la sexualidad fluida, la sexualidad híbrida, la pedofilia y muchas más.

Como la gran mayoría de las sociedades, ya sea por convicciones religiosas o ideológicas, veían mal estas prácticas, incluso las castigaban; el propósito de muchos que favorecen estas prácticas, fue convertirlas en derechos; ahora tenemos el derecho de los padres a dejar a sus hijos sin género definido, para que ellos luego decidan que quieren ser, el derecho de niños, incluso de 8 años, a cambiar de género, el derecho al matrimonio igualitarios, el derecho de los homosexuales a adoptar niños, el derecho a que en la cédula no diga masculino o femenino, sino trans, el derecho de personas adultas de casarse con niños (incluso de 10 años) esto para evitar que sean señalados de pedófilos, el derecho de hombres y mujeres mayores de "amar" a niños y niñas, y tener relaciones consentidas, incluso por debajo de los 12 años.

La pregunta es, y seguirá siendo esta: El hecho que la sociedad perversa los llame derechos, cambia el hecho que la Biblia lo llame pecado, no, claramente no. Hay de los que a los malo lo llaman bueno y a lo bueno lo llaman malo; y también, el juicio de Dios sobre los que practican tales cosas, o no sólo las práctican, sino que se complacen con los que las practican.


www.seminariobiblicodidaskalia.org

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